Esta semana para gozo de mis lectoras he decidido hacer una recopilación de los mejores amores ridículos que aparecieron en la sección de correspondencia de la revista Sissi, “Tu problema” que era gobernada con hierro y pluma por Silvia Valdemar, oprobio de casquivanas y consuelo de remilgadas. El criterio que he seguido en este duro proceso de selección ha sido desestimar los casos graves que serán analizados en otro post menos humorístico y los casos en los que estuviera implicada un cojera, ya fuera ésta leve o muy marcada, y que por su desmesurada cantidad e interés humano al reflejar una España (1958-1963) en la que media población se ve que era coja son merecedores de un post por sí mismos. Empecemos del mayor al menor ridículo.
Me gusta la suciedad. Soy una perra.
El primer caso que tenemos hoy es de una anónima chica que se encuentra enamorada del jardinero de la finca y que ve como mayor problema para sus relaciones no la extracción social del sujeto sino su pertenencia a un tribu urbana que asolaba la España franquista: ¡¡los existencialistas!!.
A todas las chicas de provincias siempre nos han gustado los feriantes que venían una vez al año y que con ese aire de peligrosidad y de hipertrofia sexual que siempre transmiten las clases socialmente inferiores nos arrebataban el corazón (algún año hasta se llegaron a pegar con los quintos). He aquí la historia de una chica que se enamoró de Sergio que domaba leonas.
Si pensamos que el fascismo es una simple exageración del capitalismo que recrudece aún más ciertos componentes del último como los obstáculos a la movilidad social, ya se pueden hacer una idea del nudo gordiano en el que se encontraba Magda R., perteneciente a la alta burguesía barcelonesa y que se enamoró del hijo de la portera de una amiga; un chico de mentón fino, ojos claros, alegre y aceitunado como deben de ser todos los charnegos guapos.
La raquítica masoquista.
Aunque quizás esta carta debería ir con un futuro post dedicado a los diferentes cuerpos divergentes de la España franquista –mención especial a los cojos y cojas- no puedo dejar de incluirlo por el grácil uso de a palabra “raquítica”, ¡¡que insultó más bonito y de postguerra!!. Qué bonito el país en el que la delgadez extrema no era sinónimo de riqueza sino de ser pobre y, por lo tanto, rojo.
Multiculturalismo franquista.
Y qué me dicen para terminar de la tetuanesa que se enamora de un morito bueno y que tiene que abrazar a Alá para poder abrazarlo después a Él. Las cuestiones de religión en “Tú tienes un problema” o “Tú problema” son siempre tratados con tacto y delicadeza pues el sentido común de Silvia Valdemar, ese que siempre la hace recomendar duchas (mejor frías) y actitud positiva, le lleva a pensar que no se puede ser más papista que el Papa. Os trascribo la primera parte que se lee regular:
“Tu caso es demasiado delicado para ser tratado en pocas líneas. Lo convencidos que cada uno de vosotros estéis de la veracidad de vuestra propia religión, la seriedad de vuestro carácter, las circunstancias que os rodean… Todo ello y mucho más debería conocer para poder darte un buen consejo. Sin embargo, y de acuerdo con lo poco que me dices, creo que lo mejor es que procures olvidarlo. Sois todavía muy jóvenes. Y, ¿no crees mejor un disgusto ahora que toda una vida llena de incomprensiones?…
Más escaneos de Sissi en:
http://palomitasenlosojos.com/2010/08/08/el-amor-en-tiempos-de-colera-los-50/
http://palomitasenlosojos.com/2010/07/29/el-correo-de-la-amistad-1/
http://palomitasenlosojos.com/2010/07/31/el-correo-de-la-amistad-2/
